lunes, 10 de agosto de 2015

MI PUNCIÓN LUMBAR... EL INICIO DE UNA AVENTURA

El otro día, alguien hablaba en su blog historiasdeunmultiple.blogspot.com.es de la punción lumbar por la que pasamos la mayoría de nosotr@s para nuestr@ diagnóstico. Conozco a gente a quien no se la han hecho. Creo que si tienes una primaria o secundaria no la hacen. No estoy muy segura y no puedo hablar demasiado de ello. Pero que hay gente que lleva muchos años y nunca le han hecho una, sí que puedo afirmarlo.  En su blog cuenta cómo le dolió la prueba. Y tampoco es la primera persona que cuenta eso. No fue mi caso... miedito me da por si tienen que volver a hacerme una y no es tan indoloro como lo fue la primera vez. Pero el hecho objetivo es que cuando me la hicieron, no fue mal la cosa.

Os cuento mi experiencia. Recuerdo que me hicieron tumbarme sobre el lado izquierdo con las piernas semiflexionadas y como el lado derecho era, y sigue siendo, el lado agilipollado, la pierna derecha se me iba resbalando. Estaba en una camilla estrecha (o eso recuerdo yo). Sería como todas las camillas, imagino!!. Me preguntaron si quería anestesia. Obviamente yo dije que sí de cabeza, porque esto en las series dolía mucho! Total, que era un spray, no sé yo hasta qué punto dormiría eso más allá de una forma local. Y volví a mi habitación. Estaba ingresada. Me prohibieron mover, así que no sé cuántas horas acostada y sólo moverme para ir al baño porque eso sí, había que beber mucha agua. Desesperante. Agobiante. Pero todo ok. Hasta que fueron a visitar a la paciente de al lado a quien le había dado un ictus. Y no fue ni uno ni dos familiares. Allí se metieron por la tarde (me lo habían hecho por la mañana) la familia Ruiz Mateos lo menos! Y yo sin poder salir de la habitación. Muy majos todos, eso sí. Hasta que una va y me suelta que a su hija cuando nació, le habían hecho una punción y que tuviera cuidado no me fuera a desangrar! Yo sabía que eso era imposible. Cómo me iba a desangrar a través del pinchazo de una aguja?! Pero después de un día entero tumbada, doliendo ya todo,  agobiada del jaleo que se tiene la familia visitante, te entra la obsesión. Y de repente voy al baño y me veo rojo o así por la espalda. Qué susto!!!!!!! Era el betadine. Salí de aquella :)

Lo que no era consciente aún era de que a partir del momento de mi diagnóstico, mi vida se convertiría en un vaivén de comentarios de ese tipo. Del tipo 'no tengo ni idea de lo que hablo, pero yo hablo'. Este es un tema que daría para mucho. Y en estos años ha llegado un punto en que, tras 7 años riéndome de todo, de esos comentarios acerca de mi enfermedad de los huesos, de la confusión que tanto por aburrimiento, educación, porque sería una completa pérdida de tiempo que se llevaría parte de una energía que es mejor preservar, no corriges acerca de la arterioesclerosis que tienes, de toda la gente que te dice que tienes buen aspecto (y demás variantes),  incluída familia... ya no te resulta tan sencillo tomártelo como algo más sin importancia. Porque el 1º, 2º, 3º... años, confiabas en que eso sería una minoría, en que ya llegaría quien te ESCUCHARA, no porque tengas una necesidad imperiosa de contar letra por letra todo lo que sientes, sino porque necesitas saber que hay alguien a quien le interesa y le importa. Alguien que te cree sin necesidad de dar explicaciones que muchas veces ni tú mism@ encuentra. Pero en 7 años eso no ha surgido. Y ya llega el momento en que no sabes realmente cómo actuar con la muy escasa gente con la que tienes contacto (?). Cuentas algo en particular, esperas a que te respondan con una banalidad que demuestra que no te creen (o que si te creen, les da exactamente igual), te cabreas y te hunden momentáneamente (últimamente no tan momentáneamente) o directamente sigues con tu respuesta standar a la pregunta: 'cómo estás?'. 'Bien'. Por supuesto! No podía ser de otra manera! Si no tengo na'!


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