viernes, 10 de junio de 2016

REGRESO DE UN VIEJO AMIGO!

Vale, esta vez sí que me pilló desprevenida el calor. Hoy parece que se está portando algo mejor (con aire acondicionado, eso sí). Según mi móvil, sólo 32º!!!!  Cierto que en Granada no es que seamos especialmente expertos en eso de los cambios de temperatura graduales. Nosotros somos más del blanco o negro. Pero claro, este año es que ni el blanco ha sido un blanco tipo el mejor detergente del mercado... no diremos marcas no se vayan a ofender! (bueno, eso y que ahora mismo no me viene ninguna a la cabeza...), ni el negro tipo negro como el carbón que te traen los Reyes Magos (mmm...el dulce estaba rico...!). El caso es que de golpe y porrazo treinta y pico grados. Ayer solo 40-41 º! Unos días de calor un tanto... chungos pero bah! Fatiga de más, concentrarme se convirtió en tarea algo más que chunga (lo que para dar clase es la bomba!), y leer, misión imposible pero nada que no ocurra con frecuencia. El dolor de piernas, que lleva a mi lado estos 8 años, se ve que es aficionado al calor y cogió impulso. Aquí es donde se ve que cada miembro del cuerpo ha cogido una independecia preocupante! Quién les dio permiso?! Que yo prefería que fuéramos como una familia unida y bien avenida! Pero vale, una vez aceptado eso, por pura obligación, podemos hablar de alguien que busca protagonismo. Mucho protagonismo! Nuestro 'amigo' : un tal señor Uthoff. En estos años habíamos tenido algún encuentro casual pero no había tenido el gusto de una presentación formal. Hasta el verano pasado. Verano digno del olvido. Pero fue entonces cuando el neurólogo nos presentó oficialmente: señor Fenómeno de Uthoff. Un  encanto de fenómeno. A él tampoco le va demasiado el aumento de la temperatura corporal así que, obviamente, el calor es como su criptonita. Aunque ya nos podían haber presentado antes! Porque me habrían evitado tanto pensar yo que estaba como una cabra (que lo estoy, pero no tanto!) el año pasado. Yo pensando que alucinaba cuando definía mi estado como 'es que veo como si me hubieran bajado las persianas! veo oscuro!'. Pues a fastidiarse! Mis explicaciones no están tan lejos de la realidad!:

Deterioro visual fluctuante (cambios con el ejercicio, el estrés, la fatiga, la elevación de la temperatura corporal)
Muchos pacientes pueden experimentar una atenuación u oscurecimiento de la visión asociada con el ejercicio y el calor. Esto se alivia con el reposo y enfriamiento. La descripción de esta alteración en la visión secundaria a la elevación de la temperatura corporal fue descrita hace más de un siglo por Wilhem Uhthoff.
 Por lo visto, me había echado especialmente de menos porque no ha tardado demasiado en volver a hacerme compañía en todo su esplendor. Y yo no contaba con su presencia. Al menos, no tan pronto. Como lo mío no es darle demasiadas vueltas a lo que puede venir hasta que viene (ni darle vueltas cuando ya se ha ido), pues sólo cruzaba los dedos, que se me van a volver artítricos pronto de tanto cruzarlos, para que el verano, ése que AÚN no ha llegado, se comportara como un caballero. Craso error! Era un deseo basado en hechos reales, no flipaba tanto. El invierno ha sido light, por qué no soñar con un verano light? En el fondo fondo de mi agujereado y desmielinizado cerebro sigue la diminuta esperanza de que el asunto climatológico siga dando bandazos pero tras estos días... Venga, diremos que sigue ahí esa mini micro esperanza, que no se diga que soy muy pesimista! Pero... malos días de referencia, eh??? 

Mal día de referencia sobre todo uno en particular en que teóricamente tenía 3 clases. Y nunca agradecí más que cancelaran 2. Gracias a estas cosas típicas de los finales de curso,  quedé sólo con una a las 7 de la tarde. Ya a medio día un sutil a la vez que molesto dolorcillo de cabeza hizo su aparición (nada fuera de lo normal). Cuando me avisaron de la primera cancelación (qué detalle avisar, por otro lado!), el sutil y molesto mareo se unió a la fiesta. Pero eso no quiere decir nada! Que no cunda el pánico! Así que con tanto tiempo libre pensé yo... por qué no leo un rato?. Y entonces me respondí yo a mí misma: Tú estas tonta, verdad? Si sabes que en cuanto cojas el libro, se va a volver a quedar donde está!. Así que tras descartar esta brillante idea, me dije: Pues ponte un rato en el ordenador. Y eso sí que empecé a hacerlo, muy obediente yo. Pero entonces surgió un pequeño inconveniente de nada. El mareo aumentó. El dolor aumentó. Y para que no se sintieran solos, empecé a sentir unos síntomas nada halagüeños. Mantener los ojos abiertos costaba esfuerzo. Al poco, a esa pesadez de ojos se sumó pesadez de cabeza, frente. Miraba, y la vista no era nítida del todo, más bien se iba oscureciendo. Oh, oh. Y esto te hace recordar algo... Ajajá! Eres tú verdad, señor fenómeno de Uthoff? Te pillé! O más bien tú a mí. Y conforme me iba costando más mantener la mirada en un punto determinado, decidí dar un descanso a las lentillas y poner a trabajar a las gafas porque yo, que tenía una tarde la mar de pensadora, me volví a decir (Y esto empieza a ser preocupante, tanto hablar conmigo misma): y si te tumbas un rato? Tienes un par de horas... Y como la chica obediente que ha quedado claro que soy, eso hice. Me puse música. Vale, heavy, que a priori puede no parecer demasiado relajante... Me tumbé, cerré los ojos...me dio tiempo a pensar que soy una bocazas porque quién me manda a mi ofrecer unas clases veraniegas?... Y así llegamos a la clase que SI daba. Por suerte, logré dar esquinazo al señor Uthoff lo suficiente para que me dejara ejercer medianamente bien mi papel de profe. Con la ayuda del aire acondicionado, el mejor amigo del esclerótico. 

Eso sí, pie y pierna derecha siguen fríos. No frío  invernal, más bien frío temporada primavera-verano. Curiosidades de la esclerosis múltiple.

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